lunes, 12 de noviembre de 2018

Informe sobre el hecho religioso, a fecha noviembre de 2018.


Desde el Foro Erelgune os presentamos este informe en relación a estas cuatro cuestiones tan actuales:
https://drive.google.com/open?id=1Im5gKAPPZENTzUkMiP0YtM59MNbzzl2X


1.               Importancia del hecho religioso en la construcción de la persona, de la sociedad y de la cultura.
2.               Aumento actual del analfabetismo religioso y sus consecuencias.
3.               Falta de valores o relativismo moral de la sociedad actual.
4.               Contribuciones de la asignatura de Religión en la escuela desde una perspectiva de educación integral.




1-     Importancia del hecho religioso en la construcción de la persona, de la sociedad y de la cultura

La religión es una expresión cultural. En torno a seis mil millones de personas se consideran pertenecientes a algún tipo de religión, aunque su nivel de adhesión es muy diverso. Cuando la antropología cultural estudia las características del ser humano se encuentra  con sistemas de lenguaje, expresiones de comportamiento, normas, organización, cultura y religión…

Cuando la persona se inscribe en un grupo religioso determinado, encuentra un lugar dentro de la sociedad que le permite identificarse ante ella, con una manera de estar en el mundo que incide de alguna manera en su actuar cotidiano.

La religión cuenta con una amplia gama de símbolos y signos que cumplen la función de reflejar el carácter y la calidad de vida de un pueblo, su estilo moral y estético, su cosmovisión, su forma de percibir la realidad y de entender el orden de las cosas.

Aunque siempre se conserva el carácter individual de cada persona, no se puede prescindir de la función de la religión, o las religiones, en la construcción de ciudadanía pues, junto con lo cultural y lo político, construyen y reconstruyen todo el complejo que define a una sociedad.

El hecho religioso es un medio de socialización. La ética -universal- y la conciencia moral, particular de una religión, son también elementos constitutivos en la formación ciudadana..

No es positivo no tener en cuenta  a la religión como un elemento que participa en todos los sistemas de la construcción de la identidad ciudadana y prescindir de una relación con el Estado y de las diferentes instituciones que lo componen.

A veces se producen conflictos denominados “religiosos” a los que no somos capaces de desenmascarar precisamente por el desconocimiento general de la religión. Debido a su desconocimiento, no sabemos cómo decir con claridad que quienes matan en nombre de Dios son quienes menos representan lo más genuino de las religiones que coinciden con la ética universal en el no matar.



2-     Aumento actual del analfabetismo religioso y sus consecuencias.
Decía Einstein: “La ciencia sin religión está coja y la religión sin ciencia está ciega.”
Parece obvio que crece el analfabetismo religioso en nuestra sociedad, y no sólo porque el profesorado de historia del arte considera que si se conocen los relatos bíblicos y la mitología clásica hay mayores posibilidades de interpretar determinados cuadros fundamentales en la historia del arte. Aunque hay quien magnifica esta situación, quizá se trate de una cuestión menor. ¿Sólo nos preocupa el analfabetismo religioso porque no sabemos interpretar un cuadro, cuando hoy, cualquier pregunta sobre la interpretación de un cuadro tiene una respuesta inmediata en un medio digital de bolsillo?

Lo importante del analfabetismo religioso tiene que ver con dos aspectos fundamentales que, en el fondo, son prejuicios: La religión está contra la ciencia, el Dios de Jesús no es el de la parábola del hijo pródigo, Alá no es Dios de la misericordia y las jerarquías religiosas han matado en nombre de su dios,…. No hay duda de que una cierta militancia laicista, no laica, contribuye a mantener estos muros y que también, en ocasiones, algunas instancias religiosas no facilitan estos cambios.  Por ello, incluso en un modelo de escuela laicista debe de tener cabida el conocimiento de las religiones desde un ámbito cultural y cívico, para ser una escuela competente en todos los ámbitos.

Hoy existe una gran preocupación en todo el mundo a causa de un tipo de fundamentalismo religioso que utiliza la violencia en nombre de Dios y justifica determinados atentados a los derechos humanos desde una interpretación al pie de la letra de determinados textos, algunos de la Biblia, otros del Corán.

El problema fundamental consiste en que el alumnado no tenga una formación determinada en cuanto a los modelos de religiones.  Incluso miembros del profesorado, periodistas, y divulgadores hablan sobre estas cuestiones estableciendo cátedra. Esto demuestra que el analfabetismo religioso se encuentra en la sociedad. Es decir, para reconducir esta situación es conveniente estudiar el hecho religioso en la escuela y en todas las universidades. “La ciencia sin religión está coja y la religión sin ciencia está ciega.”
Hay quien dice que una de las consecuencias del analfabetismo religioso es la falta de valores o el relativismo moral de la sociedad actual, pero es que no podemos desligar la ausencia de valores con la falta de ética en nuestra sociedad. Caminan de la mano.

3-     Falta de valores o relativismo moral de la sociedad actual.

¿Puede decirse que en el siglo XXI existe un derrumbe de las directrices morales necesarias para la constitución del sujeto y de su solidaria adaptación social? La cultura propone ideales, principios, valores y objetivos relativos a un determinado momento histórico y a un ámbito específico político y económico. Este conjunto de principios y valores arraigan de manera profunda en los seres humanos, no como influencia exterior, sino como sustancia constitutiva del propio sujeto. Las directrices morales, soporte de la ética, son impensables sin una propuesta cultural específica, pues constituyen las normas que regulan los vínculos y relaciones entre los sujetos y facilitan la adaptación a un modelo social concreto.

En la actualidad el  capitalismo neoliberal, esencialmente competitivo, desplaza a las religiones sin aportar códigos morales alternativos, instaurándose una moral impostada y superficial, práctica y utilitarista, siendo considerados como valores de recambio la asertividad, la competitividad, el egotismo, el individualismo, la ambición, el éxito y la riqueza cortoplacista.

En la actual sociedad individualista, hedónica, narcisista y utilitarista se están produciendo individuos con tan llevadera levedad del ser que pueden cínicamente ser probos ciudadanos mientras incurren en conductas inmorales e incluso ilegales sin sentir la más mínima desazón ni ninguna necesidad de arrepentimiento, como dice Lipovetsky. Esto está provocando un gran vacío moral del ser humano contemporáneo.

La sociedad a través del sistema educativo y los medios de comunicación tienen que dar una respuesta a esta realidad.


4-     Contribuciones de la asignatura de Religión en la escuela desde una perspectiva de educación integral.

Al configurar un Estado democrático y pluralista, tienen que aparecer como fundamentales los derechos de igualdad y libertad religiosa, así como la formación de sus sujetos en el conocimiento de las diferentes concepciones religiosas.

En Europa, existen diferentes maneras de abordar esta cuestión, pero nos fijamos de forma especial en el Reino Unido. En este país se ve necesario que la educación debe promover el desarrollo espiritual, moral, cultural, men­tal y físico de los alumnos en las escuelas y en la sociedad.

Esta línea se ha visto reforzada cuando Howard Gardner valorizó el nuevo concepto de inteligencias múlti­ples. Rechazó reducir la inteligencia a ciertas habilida­des cognitivas como la memorización, el análisis, la relación, la resolución de pro­blemas o el tratamiento de la informa­ción. En ese contexto, también debe entrar en crisis una apuesta meramente doctrinal de la enseñanza de la religión. Según el nuevo modelo de las inteligencias múltiples: la interpersonal, la intraper­sonal, la lógico-matemática, la lingüística, la espacial, la cinestética-corporal, la musical, y más recientemente, la natura­lista. En 1999 en su libro la Inteligencia Reformulada, parece suge­rir la existencia de una novena inteligen­cia llamada espiritual o existencial. Esta se manifiesta en algunas personas que destacan por ser proclives a formular y considerar cuestiones sobre el sentido, la vida, la muerte y las realidades últimas. Sin embargo, Gardner no acaba por incluirla en su modelo, quizá preocupado por el uso que esa afirmación pudiera conllevar en un contexto de revi­val de los integrismos religiosos en los ámbitos científicos norteamericanos. No obstante, las investigaciones han conti­nuado.

Se han seguido realizando investigaciones en este campo y según Carmen Pellicer aparecen las ocho características de la inteligencia espiritual: la capacidad de ser flexibles; el nivel alto de conocimiento personal e introspección; la capacidad de enfrentarse y trascender el dolor; de aprender con el sufrimiento; de inspirar­se en visiones y valores; tendencia a ver las relaciones entre las cosas: ser holísti­cos; rechazo a causar daño a los demás; tendencia a cuestionar las propias accio­nes y a pretender respuestas fundamen­tales; capacidad de ser coherentes con las ideas propias frente a las convencio­nales, siendo ‘independientes de campo’ y espontáneos.

En consecuencia con estas investiga­ciones, la finalidad integral de la educa­ción no podría excluir del sistema educa­tivo ni de las leyes educativas, el cultivo y desarrollo de la competencia espiritual.

Compartimos la visión de Carlos Garcia de Andoain, quien indica que en la última década los debates educativos en España han vinculado la enseñanza de la religión en la legislación educativa con una obligación internacional relacionada con diversos acuerdos.  No se trata de denostar dichos acuerdos, sino de deliberar y decidir cuál es el lugar y enfoque de las enseñanzas de la religión en el sistema educativo en una sociedad democrática, de acuerdo con los nuevos paradigmas pedagógicos.

Las Declaraciones Internacionales sobre Educación establecen como fin de la educa­ción “el pleno desarrollo de la personali­dad humana”. De acuerdo con este artí­culo, y tal y como se plantea en Finlandia o en Reino Unido o en otros países europeos, la dimensión espiritual y religiosa, así como la ética, son dimensiones a incluir en el fin del pleno desarrollo de la personalidad humana y, por tanto, objetivos esenciales de la educación, no sólo confesional, sino pública.

En Europa, en cualquiera de los modelos educativos, se respeta la libertad de con­ciencia y se garantiza la asignatura. Para ello se incluye curricular y temáticamente el estudio de la religión en la edu­cación, desde un modelo predominantemente multiconfesional, donde la enseñanza de la religión se integra como otra área más bajo la dirección y  supervisión de las autoridades educativas.  


POR TANTO…

La creciente implantación a escala europea de un modelo educativo basado en competen­cias, es una oportunidad para, desde la reivindicación de la inclusión de la com­petencia espiritual, innovar, de acuerdo con las nuevas demandas de los ciudada­nos, la vieja asignatura de religión.

Así pues, en lugar de atrincherarse en la defensa de un espacio en riesgo de realizar un gueto, o de agitar la bandera de un laicismo excluyente y privatizador, es hora de situarnos proactivamente, dejar viejas batallas e ir a un nuevo pacto sobre el lugar de la religión en la escuela para avanzar hacia una asignatura aconfesional  que englobe el carácter cultural y cívico.

¿En qué dirección es posible un pacto? En la normalización de la enseñanza de la reli­gión en una orientación cultural y no doctrinaria, asumiendo las autoridades educativas su cometido en esta cuestión.  

                                                                      FORO ERELGUNE
erelgune@yahoo.es

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