La
producción es una defensa de la presencia de la religión en la escuela.
Y quiere ser un instrumento para movilizar a las entidades cristianas y
sobre todo a los padres, a favor de la clase de Religión. Por ello, se
hace una distribución gratuita y está a disposición de quien quiera
hacer proyecciones públicas para promover el debate.
El documental enmarca las trabas que se ponen en algunos centros
públicos a la clase de religión en una ofensiva laicista, una actitud
hostil que se extiende a cualquier manifestación pública del hecho
religioso. Como ejemplo, la utilización de las famosas Fiestas de
Invierno para no tener que hablar de una fiesta religiosa como la
Navidad. El documental habla "de los que quieren imponer el laicismo
desde el poder", una frase que ilustra con imágenes del Ayuntamiento de
Barcelona.
La conclusión es que se está sustituyendo la sentencia erróneamente atribuida a Torras y Bages
de "Cataluña será cristiana o no será" por "Cataluña será laica o no
será". Una manera de favorecer la introducción de culturas ajenas y de
tomar como referencia las raíces cristianas del país.
El documental fue presentado con la presencia de los arzobispos Jaume Pujol y Joan Josep Omella.
El arzobispo de Tarragona defendió el derecho de los padres para
demandar la asignatura para sus hijos, “no sólo por tener una cultura
religiosa, sino para afrontar las grandes preguntas de la vida”. Para
Pujol, “el peor enemigo que tiene Dios es la ignorancia religiosa,
porque entonces no hay libertad para elegir”.
Omella recordó que él también fue profesor de Religión, pero “cuando
había menos dificultades que las que hay ahora”. Y animó la tarea de
este profesorado con un consejo: “Si amas a los alumnos, al final te
hacen caso. Sobre todo, amadlos”.
Hasta en la pastelería
En 30 minutos, el documental incide en los principales argumentos que
justifican una asignatura de religión. Argumentos que van desgranando
las intervenciones del arzobispo Jaume Pujol, el abad Josep Maria Soler, el monje de Poblet Lluc Torcal, la religiosa y pedagoga Montserrat del Pozo, el teólogo Francesc Torralba, y la profesora de religión en un centro público Mercè Prevosti.
En
primer lugar, argumenta sobre el vacío que deja la ignorancia religiosa
y la imposibilidad de entender la historia y la cultura del país sin
estos conocimientos. Un ejemplo es que incluso los postres tradicionales
están ligados a las festividades religiosas: el roscón de Reyes, los
buñuelos de Cuaresma, la Mona de Pascua... “Los días que el mossèn tiene
faena, nosotros también la tenemos”, dice el pastelero en uno de los
momentos más redondos del documental.
El otro argumento es la complementariedad entre ciencia y fe, porque
“ningún libro científico explica qué hemos venido a hacer al mundo”,
aunque también se remarca que una asignatura de religión evaluable en
conocimientos no se tiene que confundir con hacer proselitismo.
Finalmente, se insiste en el derecho de los padres a escoger una
formación para sus hijos de acuerdo con sus convicciones, un derecho
reconocido por diversos tratados internacionales.
El documental ha sido una iniciativa de la Federación de Cristianos de Cataluña. Su presidente, el ex consejero Antoni Comas,
remarcó la importancia de “formar personas íntegras”. Como ejemplo,
puso la figura del beato Francesc Castelló, militante de la Federación
de Jóvenes Cristianos asesinado en 1936. Castelló fue proclamado
recientemente patrón de los químicos de Brasil: “Creéis que esto lo
logró sólo estudiando química? Pues no”.
También intervino el productor del documental Arturo Méndiz,
ganador de dos premios Goya. Explicó que asumir este encargo fue “un
proyecto especial” porque era un mundo que no conocía. Ni siquiera sabía
que había tantos profesores de religión.
(traducido de Catalunya Religió por la Plataforma Navarra Religión en la Escuela)
No están de moda ni la coherencia, ni el esfuerzo, pero sí la crítica rápida y la marginación sin juicio previo. Hagamos un esfuerzo por no dejarnos llevar por tendencias volubles ni estéticas sin fundamento.
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