lunes, 18 de enero de 2010

Carta abierta a Hamás

De nuestro compañero Pepe Serna. Es importante conocer la verdad y reivindicarla.

por José Serna Andrés, DEIA- Lunes, 18 de Enero de 2010 NO quería creérmelo. No quería, pero he terminado creyéndomelo. Me ha producido un profundo desasosiego esa noticia en la que se cita un casamiento masivo de cuatrocientos cincuenta parejas en la que la mayoría de los novios rondan los veinte y la mayoría de las novias son menores de diez años. Y este acto revolucionario se realizaba para afirmar: "Le estamos diciendo al mundo y a los Estados Unidos que no nos pueden negar la dicha y la felicidad". He querido entender que con esta expresión ustedes se referían al significado del matrimonio, a la manifestación de que, sea cual sea la situación de Gaza, la vida sigue y se renueva, la dicha y la felicidad no desaparecen. He querido entender que no se referían con esta expresión a la diferencia de edades. Y me he puesto en contra de ustedes. He pensado que aunque nuestras culturas sean distintas, parece que ustedes están construyendo, o destruyendo, una sociedad en la que importa solamente la felicidad del varón. ¡Qué tristeza! Y he recalcado que, desde la psicología, desde los derechos humanos, esta acción es inaceptable. He llegado a pensar que, aunque muchas personas nos hemos escandalizado por las barbaridades que ha cometido en Gaza el ejército israelí, la solidaridad internacional hacia su causa tiene un fundamento en el posicionamiento al lado de las víctimas y esta noticia me ha hecho plantearme que ustedes atentan contra la libertad humana y que su lucha deja mucho que desear porque su pretendido Estado palestino podría convertirse en un nuevo gulag. Objetivo conseguido. Pero resulta que, después de las presentes reflexiones, compruebo que el acto multitudinario en el que se basa la noticia tuvo lugar en julio, un tiempo después de los bombardeos de Israel en los que murieron más de mil cuatrocientas personas. Las bodas no se realizaron con las niñas que aparecen en las fotografías, sino con las madres, viudas de las víctimas. Y entonces me entra en el estómago una sensación más extraña aún. ¿Cómo es posible que se eche tanto azufre en las heridas? Y es que me han engañado, no ustedes, sino infinidad de blogs e informaciones que circulan por la red queriendo introducir el virus de la islamofobia en nuestras vidas. Así se justifican los ataques a Gaza y tantas muertes inútiles. Según las costumbres palestinas, el hermano del difunto se compromete a atender a la viuda y a la familia. Reconozcamos que todavía es un reflejo de una situación deficitaria de la mujer en la sociedad palestina, pues la mujer se siente desprotegida sin un hombre a su lado y eso hay que cambiarlo, pero la hiriente manipulación, la cuarta columna mediática para desprestigiarles a ustedes ha llegado a superar límites insospechados. Ahora nos volvemos a dar cuenta de que en toda guerra la primera violación se produce sobre la verdad y de ahí en adelante se invierten todos los mecanismos que nos ayudan a reconocernos -o más bien a desconocernos- como personas humanas. Aun así, el hecho de haber sido engañado, como han sido engañadas cientos de personas, a causa de la manipulación en relación a estas informaciones, debe ayudarnos a abrir un poco más nuestra mente, pero a darnos cuenta, también, de lo que son capaces de hacer quienes están tratando de esta manera al pueblo palestino. Internet es una fuente de información que puede servir de alternativa a los medios de comunicación que necesitan grandes infraestructuras y una gran acumulación de capital para interpretar la realidad al servicio de quienes dominan la sociedad, pero internet puede ser manipulado también para sembrar odio y para orquestar determinadas campañas con tanta credibilidad como otras campañas mediáticas. Uno considera que es interesante el constante intercambio de debates en la red, pero en ocasiones son debates estériles porque los insultos y las descalificaciones no hacen más que escenificar no tanto la falta de entendimiento entre civilizaciones sino la falta de respeto y de humanidad de muchas personas. Ya que les he dirigido a ustedes esta carta, sepan que si ustedes atentan contra los derechos humanos no les vamos a aplaudir precisamente, pero que quienes han organizado este ataque mediático, tan brutal y sin entrañas, contra ustedes y contra el pueblo palestino, para justificar antiguas y nuevas masacres, están a muchos años luz de entender lo que es la dignidad humana.

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